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  • El enojo en el matrimonio

    Si se enojan, no pequen; y procuren que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo. -Efesios 4,26-27 primer año de casados fue todo un reto para Joel y para mi, con vidas pasadas muy diferentes y sin haber sanado de ciertas heridas nos encontramos en el matrimonio. Llenos de dudas, faltos de comprensión, cada uno tratando de ganar cada discusión, sintiéndonos impotentes ante nuestros problemas, pero con un amor muy grande por el otro nos hizo buscar la ayuda que necesitábamos. Un gran amigo y sacerdote nos ayudó en nuestro primer año de casados. Y uno de sus sabios consejos fue QUE NUNCA NOS FUERAMOS A DORMIR ENOJADOS O TRISTES. Y ese ha sido nuestro compromiso como matrimonio, esta es una de las reglas que hemos establecido en nuestro hogar. Les puedo asegurar que ninguna vez a lo largo de nuestro matrimonio de casi 15 años nos hemos ido a dormir sin habernos dicho lo mucho que nos amamos. Con esto quiero dejarles saber que es importante buscar ayuda cuando las cosas no van bien en nuestro matrimonio y nos sentimos impotentes, solos y fracasados. No se queden con los brazos cruzados y hagan una cita con ese sacerdote que saben que los puede ayudar, únanse a su comunidad dentro de la parroquia y pidan oraciones por su matrimonio. No se conformen, Dios quiere que su matrimonio prospere y los quiere ver felices. Hoy consagremos nuestro matrimonio a Jesus, José y María, para que nos bendigan y fortalezcan para continuar comprometidos con nuestra vocación llenos de amor, paciencia, fidelidad, bondad y respeto. Esto es uno de los consejos que nosotros les damos hoy a ustedes. No se vayan a dormir sin haberse reconciliado y practíquenlo si aún no lo han practicado y platíquenos como les ha funcionado. Si tienen hijos también practíquenlo con ellos.

  • Matrimonios: dedíquense a enamorarse

    Matrimonios: dedíquense a enamorarse cada día más y más. Entréguense mutuamente con un amor sacrificial. Sírvanse el uno al otro. Nunca dejen de decirse cosas bonitas. Nunca dejen de tener citas románticas. Procuren escucharse el uno al otro y comuníquense eficazmente, sin gritos ni enojos. Pídanse perdón cuando se equivoquen y jamás guarden rencor. Practiquen la fidelidad y la castidad. No desatiendan su intimidad física, ya que es la expresión más hermosa y poderosa que Dios le ha regalado a los esposos - ¡Dios quiere que los matrimonios disfruten de las relaciones íntimas! Pero eso si, practiquen la sexualidad según el plan de Dios. Si el matrimonio anda bien, los hijos también estarán bien. Nuestra cultura egocéntrica, relativista y materialista necesita del testimonio fiel de matrimonios que practican el amor sacrificial (ágape) y el amor apasionado (eros) y que vivan la alegría del Evangelio en sus vidas. Siempre va a ver gente que critique y señale a estos matrimonios porque ellos son una voz profética radical en nuestros tiempos; incluso gente dentro de la Iglesia hace esto. Muchas veces lo hacen por envidia y otras veces por una pobre teología sobre el matrimonio. Pero nuestros jóvenes anhelan un amor puro, sincero, estable y duradero. Necesitan ver que si se puede vivir el plan de Dios para el matrimonio. Que no es imposible. Es difícil, si. Es un negarse a sí mismo todos los días para que el otro pueda vivir. Pero con la gracia de Dios todo se puede: Oración, Sacramentos, Palabra de Dios y el Santo Rosario en familia. ¡Vayamos todos juntos por la santidad!

  • El sexo es un regalo de Dios para los esposos

    ¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres! Tus labios, una cinta de escarlata, tu hablar, encantador. Tus mejillas, como cortes de granada a través de tu velo. Tu cuello, la torre de David, erigida para trofeos: mil escudos penden de ella, todos paveses de valientes. Tus dos pechos, cual dos crías mellizas de gacela, que pacen entre lirios. ¡Toda hermosa eres, amada mía, no hay tacha en ti! Me robaste el corazón, hermana mía, novia, me robaste el corazón con una mirada tuya, con una vuelta de tu collar. ¡Qué hermosos tus amores, hermosa mía, novia! ¡Qué sabrosos tus amores! ¡más que el vino! ¡Y la fragancia de tus perfumes, más que todos los bálsamos! Miel virgen destilan tus labios, novia mía. Hay miel y leche debajo de tu lengua; y la fragancia de tus vestidos, como la fragancia del Líbano. -Cantar de Cantares 4 Dios quiere que los matrimonios vivan el romance y la intimidad de manera plena. Lo leemos claramente en los bellos y sensuales poemas que encontramos en las Sagradas Escrituras. El sexo es un regalo de Dios para los esposos. Hoy día la cultura de muerte enseña que el sexo es algo casual, sin consecuencias y sin un significado más profundo. Se cree que todos pueden tener relaciones con quien sea, siempre y cuando se use protección. Es una visión completamente distorsionada de la sexualidad. Las consecuencias son: mirar a la persona como objeto, depresión, abortos, divorcios, infidelidades, enfermedades sexuales, falta de madurez emocional, etc. Por otro lado, dentro de muchos círculos católicos, existe una mentalidad puritana donde el sexo y la intimidad están estrictamente conectadas a la procreación, en donde se tiene que evitar el placer porque es “pecado”. La Iglesia Católica enseña que el sexo es también para el placer y el bien de los esposos, no solo para procrear. Muchos evitan hablar del tema a toda costa. Les da vergüenza. Culpan a la mujer “sexy” por las perversiones de los hombres, sin exigirle al hombre que trabaje en sus virtudes. Dan al hombre por perdido en el área del autodominio. Ambos extremos están mal. Quitémonos esas ideas, escrúpulos y tabúes que venimos cargando desde nuestra infancia. Si estás en un noviazgo o comprometido, espérate a casarte por la Iglesia antes de tener relaciones sexuales. Para los casados: trabajemos diariamente para enamorar a nuestra pareja. No nos desanimemos. Hablen como pareja acerca de esto, tiene que haber respeto y mucha comprensión de las dos partes. Cuidemos cada área de nuestra relación: la física, espiritual, emocional y mental. Jesús vino para darnos vida y vida en abundancia. Esto incluye tu matrimonio. Estamos muy interesados en saber lo que ustedes piensan. ¿Que les enseñaron a ustedes acerca de la sexualidad? ¿Creen que es importante para los matrimonios hablar de este tema y sobretodo ponerlo en práctica?

  • La Sexualidad en el Plan de Dios

    Ayer por la tarde mi hermosa esposa y yo tuvimos la bendición de compartir con algunos matrimonios de la Parroquia Cristo Redentor (Sterling, VA) sobre la sexualidad y la planificación familiar natural. Nos encantó la honestidad de las parejas al compartir lo difícil que ha sido el practicar la planificación familiar natural. Nosotros nos identificamos porque también ha sido una lucha. Los beneficios y las bendiciones son innumerables pero no deja de ser una cruz. ¡Muchas felicidades a todos los matrimonios que a pesar de los retos, deciden vivir su sexualidad según el plan de Dios! Estos son algunos de los puntos que compartimos con los matrimonios: - Dios creó el sexo como un regalo hermoso para los matrimonios y es la manera más íntima y profunda que la pareja puede expresar su amor. Por lo tanto, Dios quiere que vivamos una sexualidad plena y llena de gozo, en la medida que podamos y según la etapa que nos encontramos en nuestro matrimonio. - A través de la expresión sexual natural y según el plan de Dios (sin anticonceptivos), los matrimonios renuevan sus votos y reciben gracias espirituales para seguir amándose y entregándose mutuamente. Así que los esposos deben ser intencionales y creativos al momento de tener relaciones íntimas. ¡No dejen que sus relaciones íntimas se vuelvan frías y monótonas! - La planificación familiar natural es moralmente aceptada por la Iglesia para espaciar a los hijos o prevenir el embarazo en situaciones graves o justificadas (ej. un embarazo de alto riesgo, alguna situación económica, desempleo, salud mental, adicciones, etc.). Si no hay alguna razón justificada, las relaciones sexuales deberán estar abiertas a la vida. - Aún para aquellos que están abiertos a la vida o que ya no se pueden embarazar, la planificación familiar natural es recomendable porque fortalece los vínculos de amor en el matrimonio ya que se requiere de mucha paciencia, diálogo, comprensión, sacrificio y abnegación. - La práctica de la castidad - el orientar los deseos sexuales hacia el amor - es indispensable para vivir plenamente la sexualidad. Una persona que no practica la castidad termina usando a la otra persona como un objeto de satisfacción sexual o emocional. A esto se le llama lujuria. - Todos sufrimos las consecuencias del pecado original y como consecuencia lucharemos con la concupiscencia hasta el día de nuestra muerte. Ningún matrimonio alcanzará la pureza sexual plenamente en este mundo. Así que si caen vuelvan a levantarse. Si es necesario vayan a confesarse. No se den por vencidos. La práctica de la castidad es un ejercicio de toda la vida. Sobre todo, recuerden que Cristo nos ama y se ha entregado por nosotros, su Iglesia, su Esposa. El nos redime y nos sana de todas nuestras heridas y traumas sexuales. Después de este lindo compartimiento nos dimos una escapada para tener nuestra cita romántica. Le damos gracias a Dios y al Padre Jaffe por su invitación. ¡Fue una noche de muchas bendiciones! Ayúdanos a difundir estos temas compartiendo nuestras publicaciones. #matrimonio #familia #espsos #catolicos #planificacionfamiliarnatural #provida

  • El Sexo en el Matrimonio

    Las relaciones sexuales fueron diseñadas por Dios para el gozo de los esposos y la procreación de los hijos. Es la expresión de amor más íntima y poderosa que un hombre y una mujer pueden experimentar. En cada acto sexual los cuerpos expresan que se pertenecen el uno al otro, que han hecho una libre auto-donación total de amor de cuerpo y alma. Es el regalo más hermoso que se puede dar y por eso se reserva para el matrimonio donde se promete fidelidad y exclusividad delante de Dios y la Iglesia hasta que la muerte los separe. Tanto el esposo como la esposa tienen la obligación de buscar que su cónyuge tenga la mejor experiencia sexual posible (i.e., cuidar el aspecto físico para atraer más al cónyuge, ser románticos y detallistas, buscar que ambos experimenten el orgasmo durante el sexo, etc.). Lamentablemente, el tema de la sexualidad en el matrimonio sigue siendo un gran tabú. Algunos católicos se escandalizan con estos temas y prefieren que no se toquen. Muchos matrimonios no experimentan una vida sexual saludable y plena por diferentes razones. Quisiéramos mencionar dos ejemplos: 1) Están los matrimonios católicos que evitan el placer o no llegan a experimentar un placer satisfactorio (especialmente las mujeres) porque piensan que es pecado o porque así se enseñaba antes en la Iglesia (teología medieval). En la Edad Media, se creía el propósito principal del sexo era para procrear y el placer sexual era una consecuencia del pecado original. En el Siglo XX la Iglesia comenzó a cambiar su tono sobre el sexo dentro del matrimonio (i.e., Casti connubi, Humanae vitae, Teología del Cuerpo, Concilio Vaticano II, etc.), pero muchos sacerdotes y lideres dentro de la Iglesia aún no se han formado bien en estos temas y consecuentemente muchos matrimonios se vuelven fríos y aburridos en su vida sexual ya que no han recibido una catequesis apropiada sobre el sexo. 2) Por otro lado, están los matrimonios en donde el hombre (por lo general) usa a su mujer como un objeto de placer para descargar su tensión sexual. Esto crea una fricción en la relación conyugal y muchas veces terminan peleados y durmiendo en diferentes camas. En casos extremos, el esposo le es infiel o termina abusando sexual o físicamente a su esposa. El se excusa diciendo que ella no satisface sus “necesidades”. Ella dice que no tiene apetito sexual porque él no se esfuerza en conquistar su corazón o simplemente la trata como un objeto sexual. Muchas mujeres también crecieron con la idea de que tienen que estar sumisas a sus esposos y por lo tanto no les pueden decir nada. Cuando si logran tener sexo, muchas veces el esposo solo busca satisfacer su lujuria sin procurar que también su esposa llegue a disfrutar la experiencia a lo máximo. Hay mujeres en este ejemplo que recién han concebido un bebe o que se encuentran enfermas y para evitar el embarazo, usan anticonceptivos, aun en casos cuando ellas personalmente están en contra de su uso. Claro, muchas veces también el hombre recurre al condón ya que solo desea el placer sin la responsabilidad de estar abierto a la vida. El cosificar a la esposa se debe a diferentes factores, pero es muy común que este tipo de hombres tengan alguna adicción fuerte (al alcohol, drogas, pornografía, sexo, etc.). En el caso del vicio de la pornografía, muchos hombres conciben fantasías irreales sobre el sexo y presionan a sus mujeres a recrear ciertas posiciones y actos, que muchas de las veces son actos inmorales o imposible de que su mujer los realice. Aunque es verdad que hay mucha libertad dentro del sexo matrimonial, también hay límites concretos (i.e. el uso de los anticonceptivos, el sexo oral como fin del acto, el sexo anal, etc.). Otros matrimonios no logran vivir su sexualidad en plenitud debido a traumas personales, baja autoestima, alguna enfermedad física o mental, discapacidad, etc. Estos temas son importantes de abordar con un buen sacerdote preparado, un consejero o psicólogo católico y/o un doctor católico. Nosotros creemos que la respuesta, como casi siempre, se encuentra en el medio (la virtud de la templanza). El sexo es rico, sagrado y renovante. Por eso se debe procurar hacer el tiempo, tener la creatividad romántica y ser intencionales en buscar satisfacer a tu cónyuge. Pero si el sexo se vuelve rutina y como un pensamiento de ultimo momento, se corre el riesgo de cosificar a la persona. El desear sexualmente a tu cónyuge no es lujuria si este deseo esta sujeto al amor puro, ósea al buscar primero el bien de tu pareja (el amor es un acto de la razón, no es un sentimiento). Todos estamos llamados a practicar la castidad. La castidad protege el verdadero amor. La castidad nos exige expresar nuestro amor de otras maneras intimas no-sexuales. San Juan Pablo II nos enseña que la práctica de la castidad nos ayuda a dominar nuestra concupiscencia, fruto del pecado original. Aquí es donde entra la Planificación Familiar Natural (PFN). Aunque los propósitos principales de la PFN son para procrear o espaciar hijos, también lo recomendamos a todos los matrimonios porque nos pueden ayudar a crecer en las virtudes y en el amor verdadero. La PFN puede ser un antídoto en contra de la lujuria y la mentalidad anticonceptiva. Es verdad que muchos corren el riesgo de usar la PFN como un anticonceptivo, por eso es importante hacer un examen de conciencia y ver las intenciones del corazón. El abstenerse del sexo por ciertos días al mes para dedicarse mas a la oración, al diálogo y a la convivencia (e.j., mirar un buen show, jugar un juego de mesa, hacer ejercicio juntos, etc.) ayudará a la pareja a crecer en su amor y en la virtud de la castidad. Esto mismo nos enseña San Pablo en 1 Corintios 7:3-5. Cuando vuelvan a unirse en la intimidad sexual, si lo planean bien, seguramente la experiencia será maravillosa. Lamentablemente, muchas personas jamás han experimentado esto porque desde muy jóvenes están sexualmente activos y muchos matrimonios tuvieron relaciones antes de casarse. Conclusión: los matrimonios tenemos la obligación de formarnos mas en estos temas de la sexualidad, la teología del cuerpo, la PFN, la castidad, el amor puro, etc., a veces se necesita buscar ayuda profesional para poder sanar y seguir creciendo en el amor de Dios, ya que somos el reflejo e imagen del matrimonio entre Cristo y su Iglesia. Cristo lo dio todo por nosotros, de igual manera los esposos debemos darlo todo por nuestro matrimonio. #semanadeplanificacionfamiliarnatural #planificacionfamiliarnatural #sexo #sex #marriage #matrimonio #familia #catholic #catolicos #jesus #christ #cristo

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