La Sexualidad en el Plan de Dios
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La Sexualidad en el Plan de Dios

Ayer por la tarde mi hermosa esposa y yo tuvimos la bendición de compartir con algunos matrimonios de la Parroquia Cristo Redentor (Sterling, VA) sobre la sexualidad y la planificación familiar natural. Nos encantó la honestidad de las parejas al compartir lo difícil que ha sido el practicar la planificación familiar natural. Nosotros nos identificamos porque también ha sido una lucha. Los beneficios y las bendiciones son innumerables pero no deja de ser una cruz. ¡Muchas felicidades a todos los matrimonios que a pesar de los retos, deciden vivir su sexualidad según el plan de Dios!

Estos son algunos de los puntos que compartimos con los matrimonios:


- Dios creó el sexo como un regalo hermoso para los matrimonios y es la manera más íntima y profunda que la pareja puede expresar su amor. Por lo tanto, Dios quiere que vivamos una sexualidad plena y llena de gozo, en la medida que podamos y según la etapa que nos encontramos en nuestro matrimonio.


- A través de la expresión sexual natural y según el plan de Dios (sin anticonceptivos), los matrimonios renuevan sus votos y reciben gracias espirituales para seguir amándose y entregándose mutuamente. Así que los esposos deben ser intencionales y creativos al momento de tener relaciones íntimas. ¡No dejen que sus relaciones íntimas se vuelvan frías y monótonas!


- La planificación familiar natural es moralmente aceptada por la Iglesia para espaciar a los hijos o prevenir el embarazo en situaciones graves o justificadas (ej. un embarazo de alto riesgo, alguna situación económica, desempleo, salud mental, adicciones, etc.). Si no hay alguna razón justificada, las relaciones sexuales deberán estar abiertas a la vida.


- Aún para aquellos que están abiertos a la vida o que ya no se pueden embarazar, la planificación familiar natural es recomendable porque fortalece los vínculos de amor en el matrimonio ya que se requiere de mucha paciencia, diálogo, comprensión, sacrificio y abnegación.


- La práctica de la castidad - el orientar los deseos sexuales hacia el amor - es indispensable para vivir plenamente la sexualidad. Una persona que no practica la castidad termina usando a la otra persona como un objeto de satisfacción sexual o emocional. A esto se le llama lujuria.


- Todos sufrimos las consecuencias del pecado original y como consecuencia lucharemos con la concupiscencia hasta el día de nuestra muerte. Ningún matrimonio alcanzará la pureza sexual plenamente en este mundo. Así que si caen vuelvan a levantarse. Si es necesario vayan a confesarse. No se den por vencidos. La práctica de la castidad es un ejercicio de toda la vida. Sobre todo, recuerden que Cristo nos ama y se ha entregado por nosotros, su Iglesia, su Esposa. El nos redime y nos sana de todas nuestras heridas y traumas sexuales.


Después de este lindo compartimiento nos dimos una escapada para tener nuestra cita romántica. Le damos gracias a Dios y al Padre Jaffe por su invitación. ¡Fue una noche de muchas bendiciones!


Ayúdanos a difundir estos temas compartiendo nuestras publicaciones.


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