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Si se enojan, no pequen; y procuren que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo. -Efesios 4,26-27 primer año de casados fue todo un reto para Joel y para mi, con vidas pasadas muy diferentes y sin haber sanado de ciertas heridas nos encontramos en el matrimonio. Llenos de dudas, faltos de comprensión, cada uno tratando de ganar cada discusión, sintiéndonos impotentes ante nuestros problemas, pero con un amor muy grande por el otro nos hizo buscar la ayuda que necesitábamos. Un gran amigo y sacerdote nos ayudó en nuestro primer año de casados. Y uno de sus sabios consejos fue QUE NUNCA NOS FUERAMOS A DORMIR ENOJADOS O TRISTES. Y ese ha sido nuestro compromiso como matrimonio, esta es una de las reglas que hemos establecido en nuestro hogar. Les puedo asegurar que ninguna vez a lo largo de nuestro matrimonio de casi 15 años nos hemos ido a dormir sin habernos dicho lo mucho que nos amamos. Con esto quiero dejarles saber que es importante buscar ayuda cuando las cosas no van bien en nuestro matrimonio y nos sentimos impotentes, solos y fracasados. No se queden con los brazos cruzados y hagan una cita con ese sacerdote que saben que los puede ayudar, únanse a su comunidad dentro de la parroquia y pidan oraciones por su matrimonio. No se conformen, Dios quiere que su matrimonio prospere y los quiere ver felices. Hoy consagremos nuestro matrimonio a Jesus, José y María, para que nos bendigan y fortalezcan para continuar comprometidos con nuestra vocación llenos de amor, paciencia, fidelidad, bondad y respeto. Esto es uno de los consejos que nosotros les damos hoy a ustedes. No se vayan a dormir sin haberse reconciliado y practíquenlo si aún no lo han practicado y platíquenos como les ha funcionado. Si tienen hijos también practíquenlo con ellos.

Matrimonios: dedíquense a enamorarse cada día más y más. Entréguense mutuamente con un amor sacrificial. Sírvanse el uno al otro. Nunca dejen de decirse cosas bonitas. Nunca dejen de tener citas románticas. Procuren escucharse el uno al otro y comuníquense eficazmente, sin gritos ni enojos. Pídanse perdón cuando se equivoquen y jamás guarden rencor. Practiquen la fidelidad y la castidad. No desatiendan su intimidad física, ya que es la expresión más hermosa y poderosa que Dios le ha regalado a los esposos - ¡Dios quiere que los matrimonios disfruten de las relaciones íntimas! Pero eso si, practiquen la sexualidad según el plan de Dios. Si el matrimonio anda bien, los hijos también estarán bien. Nuestra cultura egocéntrica, relativista y materialista necesita del testimonio fiel de matrimonios que practican el amor sacrificial (ágape) y el amor apasionado (eros) y que vivan la alegría del Evangelio en sus vidas. Siempre va a ver gente que critique y señale a estos matrimonios porque ellos son una voz profética radical en nuestros tiempos; incluso gente dentro de la Iglesia hace esto. Muchas veces lo hacen por envidia y otras veces por una pobre teología sobre el matrimonio. Pero nuestros jóvenes anhelan un amor puro, sincero, estable y duradero. Necesitan ver que si se puede vivir el plan de Dios para el matrimonio. Que no es imposible. Es difícil, si. Es un negarse a sí mismo todos los días para que el otro pueda vivir. Pero con la gracia de Dios todo se puede: Oración, Sacramentos, Palabra de Dios y el Santo Rosario en familia. ¡Vayamos todos juntos por la santidad!

¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres! Tus labios, una cinta de escarlata, tu hablar, encantador. Tus mejillas, como cortes de granada a través de tu velo. Tu cuello, la torre de David, erigida para trofeos: mil escudos penden de ella, todos paveses de valientes. Tus dos pechos, cual dos crías mellizas de gacela, que pacen entre lirios. ¡Toda hermosa eres, amada mía, no hay tacha en ti! Me robaste el corazón, hermana mía, novia, me robaste el corazón con una mirada tuya, con una vuelta de tu collar. ¡Qué hermosos tus amores, hermosa mía, novia! ¡Qué sabrosos tus amores! ¡más que el vino! ¡Y la fragancia de tus perfumes, más que todos los bálsamos! Miel virgen destilan tus labios, novia mía. Hay miel y leche debajo de tu lengua; y la fragancia de tus vestidos, como la fragancia del Líbano. -Cantar de Cantares 4 Dios quiere que los matrimonios vivan el romance y la intimidad de manera plena. Lo leemos claramente en los bellos y sensuales poemas que encontramos en las Sagradas Escrituras. El sexo es un regalo de Dios para los esposos. Hoy día la cultura de muerte enseña que el sexo es algo casual, sin consecuencias y sin un significado más profundo. Se cree que todos pueden tener relaciones con quien sea, siempre y cuando se use protección. Es una visión completamente distorsionada de la sexualidad. Las consecuencias son: mirar a la persona como objeto, depresión, abortos, divorcios, infidelidades, enfermedades sexuales, falta de madurez emocional, etc. Por otro lado, dentro de muchos círculos católicos, existe una mentalidad puritana donde el sexo y la intimidad están estrictamente conectadas a la procreación, en donde se tiene que evitar el placer porque es “pecado”. La Iglesia Católica enseña que el sexo es también para el placer y el bien de los esposos, no solo para procrear. Muchos evitan hablar del tema a toda costa. Les da vergüenza. Culpan a la mujer “sexy” por las perversiones de los hombres, sin exigirle al hombre que trabaje en sus virtudes. Dan al hombre por perdido en el área del autodominio. Ambos extremos están mal. Quitémonos esas ideas, escrúpulos y tabúes que venimos cargando desde nuestra infancia. Si estás en un noviazgo o comprometido, espérate a casarte por la Iglesia antes de tener relaciones sexuales. Para los casados: trabajemos diariamente para enamorar a nuestra pareja. No nos desanimemos. Hablen como pareja acerca de esto, tiene que haber respeto y mucha comprensión de las dos partes. Cuidemos cada área de nuestra relación: la física, espiritual, emocional y mental. Jesús vino para darnos vida y vida en abundancia. Esto incluye tu matrimonio. Estamos muy interesados en saber lo que ustedes piensan. ¿Que les enseñaron a ustedes acerca de la sexualidad? ¿Creen que es importante para los matrimonios hablar de este tema y sobretodo ponerlo en práctica?

Ayer por la tarde mi hermosa esposa y yo tuvimos la bendición de compartir con algunos matrimonios de la Parroquia Cristo Redentor (Sterling, VA) sobre la sexualidad y la planificación familiar natural. Nos encantó la honestidad de las parejas al compartir lo difícil que ha sido el practicar la planificación familiar natural. Nosotros nos identificamos porque también ha sido una lucha. Los beneficios y las bendiciones son innumerables pero no deja de ser una cruz. ¡Muchas felicidades a todos los matrimonios que a pesar de los retos, deciden vivir su sexualidad según el plan de Dios! Estos son algunos de los puntos que compartimos con los matrimonios: - Dios creó el sexo como un regalo hermoso para los matrimonios y es la manera más íntima y profunda que la pareja puede expresar su amor. Por lo tanto, Dios quiere que vivamos una sexualidad plena y llena de gozo, en la medida que podamos y según la etapa que nos encontramos en nuestro matrimonio. - A través de la expresión sexual natural y según el plan de Dios (sin anticonceptivos), los matrimonios renuevan sus votos y reciben gracias espirituales para seguir amándose y entregándose mutuamente. Así que los esposos deben ser intencionales y creativos al momento de tener relaciones íntimas. ¡No dejen que sus relaciones íntimas se vuelvan frías y monótonas! - La planificación familiar natural es moralmente aceptada por la Iglesia para espaciar a los hijos o prevenir el embarazo en situaciones graves o justificadas (ej. un embarazo de alto riesgo, alguna situación económica, desempleo, salud mental, adicciones, etc.). Si no hay alguna razón justificada, las relaciones sexuales deberán estar abiertas a la vida. - Aún para aquellos que están abiertos a la vida o que ya no se pueden embarazar, la planificación familiar natural es recomendable porque fortalece los vínculos de amor en el matrimonio ya que se requiere de mucha paciencia, diálogo, comprensión, sacrificio y abnegación. - La práctica de la castidad - el orientar los deseos sexuales hacia el amor - es indispensable para vivir plenamente la sexualidad. Una persona que no practica la castidad termina usando a la otra persona como un objeto de satisfacción sexual o emocional. A esto se le llama lujuria. - Todos sufrimos las consecuencias del pecado original y como consecuencia lucharemos con la concupiscencia hasta el día de nuestra muerte. Ningún matrimonio alcanzará la pureza sexual plenamente en este mundo. Así que si caen vuelvan a levantarse. Si es necesario vayan a confesarse. No se den por vencidos. La práctica de la castidad es un ejercicio de toda la vida. Sobre todo, recuerden que Cristo nos ama y se ha entregado por nosotros, su Iglesia, su Esposa. El nos redime y nos sana de todas nuestras heridas y traumas sexuales. Después de este lindo compartimiento nos dimos una escapada para tener nuestra cita romántica. Le damos gracias a Dios y al Padre Jaffe por su invitación. ¡Fue una noche de muchas bendiciones! Ayúdanos a difundir estos temas compartiendo nuestras publicaciones. #matrimonio #familia #espsos #catolicos #planificacionfamiliarnatural #provida

Las relaciones sexuales fueron diseñadas por Dios para el gozo de los esposos y la procreación de los hijos. Es la expresión de amor más íntima y poderosa que un hombre y una mujer pueden experimentar. En cada acto sexual los cuerpos expresan que se pertenecen el uno al otro, que han hecho una libre auto-donación total de amor de cuerpo y alma. Es el regalo más hermoso que se puede dar y por eso se reserva para el matrimonio donde se promete fidelidad y exclusividad delante de Dios y la Iglesia hasta que la muerte los separe. Tanto el esposo como la esposa tienen la obligación de buscar que su cónyuge tenga la mejor experiencia sexual posible (i.e., cuidar el aspecto físico para atraer más al cónyuge, ser románticos y detallistas, buscar que ambos experimenten el orgasmo durante el sexo, etc.). Lamentablemente, el tema de la sexualidad en el matrimonio sigue siendo un gran tabú. Algunos católicos se escandalizan con estos temas y prefieren que no se toquen. Muchos matrimonios no experimentan una vida sexual saludable y plena por diferentes razones. Quisiéramos mencionar dos ejemplos: 1) Están los matrimonios católicos que evitan el placer o no llegan a experimentar un placer satisfactorio (especialmente las mujeres) porque piensan que es pecado o porque así se enseñaba antes en la Iglesia (teología medieval). En la Edad Media, se creía el propósito principal del sexo era para procrear y el placer sexual era una consecuencia del pecado original. En el Siglo XX la Iglesia comenzó a cambiar su tono sobre el sexo dentro del matrimonio (i.e., Casti connubi, Humanae vitae, Teología del Cuerpo, Concilio Vaticano II, etc.), pero muchos sacerdotes y lideres dentro de la Iglesia aún no se han formado bien en estos temas y consecuentemente muchos matrimonios se vuelven fríos y aburridos en su vida sexual ya que no han recibido una catequesis apropiada sobre el sexo. 2) Por otro lado, están los matrimonios en donde el hombre (por lo general) usa a su mujer como un objeto de placer para descargar su tensión sexual. Esto crea una fricción en la relación conyugal y muchas veces terminan peleados y durmiendo en diferentes camas. En casos extremos, el esposo le es infiel o termina abusando sexual o físicamente a su esposa. El se excusa diciendo que ella no satisface sus “necesidades”. Ella dice que no tiene apetito sexual porque él no se esfuerza en conquistar su corazón o simplemente la trata como un objeto sexual. Muchas mujeres también crecieron con la idea de que tienen que estar sumisas a sus esposos y por lo tanto no les pueden decir nada. Cuando si logran tener sexo, muchas veces el esposo solo busca satisfacer su lujuria sin procurar que también su esposa llegue a disfrutar la experiencia a lo máximo. Hay mujeres en este ejemplo que recién han concebido un bebe o que se encuentran enfermas y para evitar el embarazo, usan anticonceptivos, aun en casos cuando ellas personalmente están en contra de su uso. Claro, muchas veces también el hombre recurre al condón ya que solo desea el placer sin la responsabilidad de estar abierto a la vida. El cosificar a la esposa se debe a diferentes factores, pero es muy común que este tipo de hombres tengan alguna adicción fuerte (al alcohol, drogas, pornografía, sexo, etc.). En el caso del vicio de la pornografía, muchos hombres conciben fantasías irreales sobre el sexo y presionan a sus mujeres a recrear ciertas posiciones y actos, que muchas de las veces son actos inmorales o imposible de que su mujer los realice. Aunque es verdad que hay mucha libertad dentro del sexo matrimonial, también hay límites concretos (i.e. el uso de los anticonceptivos, el sexo oral como fin del acto, el sexo anal, etc.). Otros matrimonios no logran vivir su sexualidad en plenitud debido a traumas personales, baja autoestima, alguna enfermedad física o mental, discapacidad, etc. Estos temas son importantes de abordar con un buen sacerdote preparado, un consejero o psicólogo católico y/o un doctor católico. Nosotros creemos que la respuesta, como casi siempre, se encuentra en el medio (la virtud de la templanza). El sexo es rico, sagrado y renovante. Por eso se debe procurar hacer el tiempo, tener la creatividad romántica y ser intencionales en buscar satisfacer a tu cónyuge. Pero si el sexo se vuelve rutina y como un pensamiento de ultimo momento, se corre el riesgo de cosificar a la persona. El desear sexualmente a tu cónyuge no es lujuria si este deseo esta sujeto al amor puro, ósea al buscar primero el bien de tu pareja (el amor es un acto de la razón, no es un sentimiento). Todos estamos llamados a practicar la castidad. La castidad protege el verdadero amor. La castidad nos exige expresar nuestro amor de otras maneras intimas no-sexuales. San Juan Pablo II nos enseña que la práctica de la castidad nos ayuda a dominar nuestra concupiscencia, fruto del pecado original. Aquí es donde entra la Planificación Familiar Natural (PFN). Aunque los propósitos principales de la PFN son para procrear o espaciar hijos, también lo recomendamos a todos los matrimonios porque nos pueden ayudar a crecer en las virtudes y en el amor verdadero. La PFN puede ser un antídoto en contra de la lujuria y la mentalidad anticonceptiva. Es verdad que muchos corren el riesgo de usar la PFN como un anticonceptivo, por eso es importante hacer un examen de conciencia y ver las intenciones del corazón. El abstenerse del sexo por ciertos días al mes para dedicarse mas a la oración, al diálogo y a la convivencia (e.j., mirar un buen show, jugar un juego de mesa, hacer ejercicio juntos, etc.) ayudará a la pareja a crecer en su amor y en la virtud de la castidad. Esto mismo nos enseña San Pablo en 1 Corintios 7:3-5. Cuando vuelvan a unirse en la intimidad sexual, si lo planean bien, seguramente la experiencia será maravillosa. Lamentablemente, muchas personas jamás han experimentado esto porque desde muy jóvenes están sexualmente activos y muchos matrimonios tuvieron relaciones antes de casarse. Conclusión: los matrimonios tenemos la obligación de formarnos mas en estos temas de la sexualidad, la teología del cuerpo, la PFN, la castidad, el amor puro, etc., a veces se necesita buscar ayuda profesional para poder sanar y seguir creciendo en el amor de Dios, ya que somos el reflejo e imagen del matrimonio entre Cristo y su Iglesia. Cristo lo dio todo por nosotros, de igual manera los esposos debemos darlo todo por nuestro matrimonio. #semanadeplanificacionfamiliarnatural #planificacionfamiliarnatural #sexo #sex #marriage #matrimonio #familia #catholic #catolicos #jesus #christ #cristo

Unos meses antes de casarme con la mujer de mis sueños, amigos y parientes me decían que nuestro “amor romántico” se desvanecería y se volvería una relación fría y distante dentro de los primeros años de matrimonio, especialmente después de que llegaran los niños. Por supuesto, nuestros seres queridos también nos felicitaban, pero muchos insistían en que deberíamos tener una visión realista sobre el matrimonio. Nora y yo nos prometimos que siempre nos amaríamos. Estábamos convencidos que nada ni nadie podría cambiar nuestra inquebrantable unión. Pero nuestro primer año fue duro. La etapa “romántica” pasó y todo parecía indicar que las advertencias habían sido  verdaderas. La realidad llegó de golpe cuando nuestros traumas y heridas pasadas resurgieron. Teníamos muchos asuntos que solucionar si queríamos, alguna vez, llegar a experimentar abundante paz y felicidad en nuestro matrimonio. Hoy, después de casi doce años de matrimonio y seis hermosos niños, podemos decir con confianza que no solo nos amamos locamente, sino que hemos descubierto el verdadero significado del amor. El amor es más que un sentimiento: es buscar siempre el bien de la persona amada aún si eso significa sacrificarse y negarse a sí mismo. En un momento, estábamos inseguros acerca del futuro; ahora estamos sumamente optimistas para el porvenir. ¿Cómo superamos nuestras diferencias? Con la gracia de Dios, por supuesto, y también tomando algunos pasos prácticos que recomendamos a todas las parejas, especialmente a la más jóvenes. 1.    No enfrentamos nuestros problemas solos. En cambio, confiamos en las oraciones y el apoyo de nuestra familia espiritual. Dios nos envió magníficos directores espirituales quienes nos ayudaron en nuestros momentos más difíciles. Muchas parejas rehúsan buscar ayuda por vergüenza o por orgullo, o muchas no saben que hay ayuda disponible. Los matrimonios necesitan guía y dirección de su párroco y apoyo y oraciones de la comunidad de fe, y esto debería ser una prioridad en cada parroquia. 2. Nunca nos hemos ido a dormir sin primero decir “lo siento” por los errores que cometimos. Durante nuestro primer año nos quedábamos despiertos hasta tarde esperando que el otro se disculpara primero. Era una tontería. Esta fue una de las primeras lecciones que aprendimos de la Escritura: “Enójense, pero no pequen: y que su enojo no dure más allá de la puesta del sol, y no den al diablo oportunidad alguna” (Efesios 4:26-27). Misericordia, perdón y reconciliación debería ser una parte esencial en el diario vivir de cada cristiano, especialmente los que estamos casados. 3. Desde el principio, la oración diaria fue central en nuestra relación. Orando juntos sin duda ha mejorado nuestro matrimonio y nuestra relación con Cristo. Nuestros niños aman el Rosario y la Liturgia de las Horas. 4. Comer en familia por lo menos tres veces por semana es sumamente importante y sagrado. Esta práctica permite que cada miembro de la familia comparta sobre sus vidas y se conecten entre ellos. Que la pareja salga es más difícil cuando hay niños, pero cuando se quiere, se puede. No tiene que ser complicado o costoso. Muchas veces lo más sencillo es mejor y más eficiente. Estas son solo algunas de las prácticas y rituales que han salvado y mejorado nuestro matrimonio. Las parejas que están experimentando situaciones más difíciles como infidelidad, la muerte de un niño, o enfermedad mortal, deberían inmediatamente buscar ayuda pastoral y profesional. Sé que la verdadera razón por la que todavía estamos casados y realmente floreciendo es por la gracia concedida por Cristo por medio del Sacramento del Santo Matrimonio. El Papa Pablo VI escribió: “Por este sacramento ellos se fortalecen, y uno casi puede decir, se consagran a cumplir fielmente sus deberes. Así, ellos se dan cuenta plenamente de su vocación y dan su propio testimonio de Cristo ante el mundo”. (Humanae Vitae, 25)

"And I wouldn’t have been able to do this without employing a woman’s right to choose. To choose when to have my children and with whom." -Michelle Williams During her acceptance speech at the Golden Globes, actress Michelle Williams confessed that thanks to "a woman's right to choose" - that is, thanks to the fact that she was able to abort her baby - she was able to succeed in her career. What were the reactions of the audience and many viewers? Smiles, tears of joy and applause...lots of it. Michelle has a daughter and is currently pregnant. I start thinking about this and it gives me the chills. I'm pregnant too. This is my sixth pregnancy. Are there dreams or goals that I have not been able to achieve due to my "motherhood lifestyle"? Of course. But this doesn't mean that my children are a hindrance or that I would have preferred for them not to be born so that I could succeed in my dream career. In fact, not only are they not obstacles in my life; each one of them has made me a better woman, a better mother, and a better person. My children help me discover my purpose in life. I am more, not less, because of them. It is sad to see how Michelle and many other women of today despise the life of an innocent and helpless little baby and consider them an obstacle to their lives. This reminds me of what Pope Francis said about abortion a while ago and which he has reiterated on a couple of occasions: “Is it licit to eliminate a human life to solve a problem?... Is it licit to hire a hitman to solve a problem? It is not lawful. Never, ever eliminate a human life or hire a hitman to solve a problem.” Our 5 children and the baby I still carry in my womb are the greatest blessings my husband and I have. No reward or achievement is equivalent to the dignity, holiness, and beauty of human life. We wouldn't change them for anything! I understand that people who have not had an intimate and transformative encounter with Jesus may see abortion as a solution, especially after rape. However, there are many who call themselves Christians and who are in favor of the "right for women to choose." The way of the cross is not easy. Following Jesus requires love and sacrifice. Jesus said it well: "No one has greater love than this, to lay down one’s life for one’s friends" (John 15,13). Not only did he say it, but he also put it into practice by giving his life on a cross for all of us. The way of Christ and his Cross frees us when we learn to sacrifice our dreams, goals, time, energy, even our own lives, if we must, for our children and our family. It's true that those of us who love and defend the lives of the unborn are deeply saddened and even angered with Michelle's acceptance speech. However, if we are Christians, we have a duty to pray for her, for all those who celebrated her speech and decisions and finally, for all the women who are contemplating abortion, those who have already gone through it and those responsible for carrying out these murders. The month of January is dedicated to the life of unborn babies. Let us pray for the end of abortion and teach our children to value human life, from the moment of conception until natural death. May our children's generation be the generation that puts an end to the tragedy of abortion. Here I leave these links to pray, study, and learn: http://www.usccb.org/about/pro-life-activities/index.cfm https://www.respectlife.org/

“No habría sido capaz de hacerlo sin emplear el derecho de las mujeres a decidir. A elegir cuándo tener a mis hijos y con quién tenerlos cuando me he sentido apoyada y capaz de encontrar el equilibro”. - Michelle Williams La actriz Michelle Williams, al ser premiada en los Globos de Oro, confesó que gracias al “derecho de las mujeres a decidir” –o sea que gracias a que pudo abortar a su bebe- logró triunfar en su carrera. ¿Cuál fue la reacción de la audiencia y de muchos tele-videntes? Sonrisas, lágrimas de alegría y muchos aplausos. Michelle tiene una hija y esta actualmente embarazada. Me pongo a pensar en esto y me da escalofríos. Yo también estoy embarazada. Este es mi sexto embarazo. ¿Hay sueños o metas que no he podido alcanzar debido a mi estilo de vida de madre? Por supuesto. Pero esto no significa que mis hijos sean un estorbo o que hubiera preferido que no nacieran para poder yo triunfar en la carrera soñada. De hecho, no solo no son obstáculos en mi vida; cada uno de ellos me ha hecho una mejor mujer, una mejor madre y una mejor persona. Mis hijos me ayudan a descubrir mi propósito en la vida. Soy más, no menos, gracias a ellos. Es triste ver como Michelle y muchas otras mujeres de hoy desprecian la vida de un pequeñito inocente e indefenso y que los consideren estorbo para sus vidas. Esto me recuerda lo que el Papa Francisco dijo respecto al aborto y que ha reiterado en un par de ocasiones: “¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es lícito contratar a un sicario para resolver un problema? No es legal. Nunca, nunca elimines una vida humana o contrates a un sicario para resolver un problema”. Nuestros 5 hijos y la bebe que aun cargo en mi vientre son las bendiciones más grandes que tenemos mi esposo y yo. Ningún premio o logro es equivalente a la dignidad, santidad y belleza de la vida humana. ¡No los cambiaríamos por nada! Yo entiendo que las personas que no han tenido un encuentro íntimo y trasformador con Jesus quizá vean al aborto como una solución, especialmente después de una violación. Sin embargo, hay muchos que se denominan cristianos y que están a favor del “derecho de la mujer a decidir”. El camino de la cruz no es fácil. Seguir a Jesus requiere amor y sacrificio. Jesus bien lo dijo: "Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos" (Juan 15,13). No solo lo dijo, sino que también lo puso en práctica al dar su vida en una cruz por todos nosotros. El camino de Cristo y su Cruz nos libera cuando aprendemos a sacrificar nuestros sueños, metas, tiempo, energía, incluso nuestras propias vidas por nuestros hijos y por nuestra familia. Es verdad que lo que dijo Michelle nos llena de tristeza o incluso enojo a los que amamos y defendemos la vida de los bebes no-nacidos. Sin embargo, si somos cristianos, tenemos que orar por ella, por todos aquellos que celebran este tipo de discursos y decisiones y finalmente, por todas las mujeres que están contemplando el aborto, las que ya lo hicieron y los responsables de llevar acabo estos asesinatos. Este mes de enero esta dedicado a la vida de los bebes no-nacidos. Oremos por el fin del aborto y enseñemos a nuestros hijos a valorar la vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Que la generación de nuestros hijos sea la generación que ponga fin a esta tragedia del aborto. Aquí les dejo estos enlaces para estudiar, aprender y rezar: http://cms.usccb.org/about/pro-life-activities/prayers/upload/recen-por-la-vida-01-2020.pdf https://www.respectlife.org/?lang=es http://www.usccb.org/about/pro-life-activities/respect-life-program/2017/que-hacer-si-una-amiga-piensa-en-abortar.cfm http://www.usccb.org/about/pro-life-activities/life-issues-forum/ser-pro-mujer-es-ser-pro-vida.cfm

“Married couples joined by love speak well of each other; they try to show their spouse’s good side, not their weakness and faults. In any event, they keep silent rather than speak ill of them. This is not merely a way of acting in front of others; it springs from an interior attitude. Far from ingenuously claiming not to see the problems and weaknesses of others, it sees those weaknesses and faults in a wider context.“ -Pope Francis, Amoris Laetitia 113 Do you often find yourself complaining about your spouse in front of others? Do you struggle to find positive qualities in your partner? Is it easier for you to point out their defects and bad habits? If this is the case, we need to stop and reflect on our marriage. How we speak and think about our spouse says a lot about our relationship. There’s no perfect or easy relationship but if we want love and peace to reign in our marriage, we must focus on the positive qualities of our partner. I’m sure you can find a few. Sometimes it’s necessary to talk about those things that bother us but it’s also important to remember that our spouse is also an imperfect human being who makes mistakes. Marriage isn’t a “happily ever after” goal we’re trying to achieve. Instead, it’s a journey of faith where spouses help each other, sanctify each other, and exercise mercy on each other as they walk toward their final goal and destination: Heaven...where we, the Church, the Bride, will be eternally united with Jesus Christ, our Bridegroom. Prayer for Spouses “Lord Jesus, grant that I and my spouse may have a true and understanding love for each other. Grant that we may both be filled with faith and trust. Give us the grace to live with each other in peace and harmony. May we always bear with one another's weaknesses and grow from each other's strengths. Help us to forgive one another's failings and grant us patience, kindness, cheerfulness and the spirit of placing the well-being of one another ahead of self. May the love that brought us together grow and mature with each passing year. Bring us both ever closer to You through our love for each other. Let our love grow to perfection. Amen.”

“Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores. En todo caso, guardan silencio para no dañar su imagen. Pero no es sólo un gesto externo, sino que brota de una actitud interna. Tampoco es la ingenuidad de quien pretende no ver las dificultades y los puntos débiles del otro, sino la amplitud de miras de quien coloca esas debilidades y errores en su contexto ". -Papa Francisco, Amoris Laetitia 113 ¿Te encuentras a menudo quejándote de tu cónyuge frente a otros? ¿Te cuesta encontrar cualidades positivas en tu pareja? ¿Es más fácil para ti señalar sus defectos y malos hábitos? Si este es el caso, debemos detenernos y reflexionar sobre nuestro matrimonio. La forma en que hablamos y pensamos sobre nuestro cónyuge dice mucho sobre nuestra relación. No existe una relación perfecta o fácil, pero si queremos que el amor y la paz reinen en nuestro matrimonio, debemos centrarnos en las cualidades positivas de nuestra pareja. Estoy seguro de que puedes encontrar algunas. A veces es necesario hablar sobre esas cosas que nos molestan, pero también es importante recordar que nuestro cónyuge también es un ser humano imperfecto que comete errores. “Felices para siempre" no debe ser una meta que estamos tratando de lograr. Más bien, es un caminar de fe donde los cónyuges se ayudan mutuamente, se santifican y ejercen misericordia unos con otros mientras caminan hacia su objetivo y destino final: el Cielo ... donde nosotros, la Iglesia, la Esposa, estaremos eternamente unidos con Jesucristo, nuestro Esposo. Oración de los Esposos “Señor Jesús, concédeme que mi cónyuge y yo podamos tener un amor verdadero y comprensivo. Concede que ambos podamos estar llenos de fe y confianza. Danos la gracia de vivir juntos en paz y armonía. Que siempre podamos soportar nuestras debilidades y crecer a partir de las fortalezas de cada uno. Ayúdanos a perdonar nuestras fallas y concédenos paciencia, amabilidad, alegría y el espíritu de colocar el bienestar de nuestro cónyuge antes que el nuestro. Que el amor que nos unió crezca y madure con cada año que pasa. Acércanos cada vez más a Ti a través de nuestro amor mutuo. Deja que nuestro amor crezca a la perfección. Amén."

A few months before marrying the girl of my dreams, friends and relatives would tell us that we should keep our feet on the ground, that our “romantic love” would fade away and turn into a cold, distant relationship within the first years of marriage, and that we wouldn’t have the time or energy to sustain our affectionate relationship after children came into the picture. Of course, our loved ones would also congratulate us and express their joy, but many insisted that we should acquire a “realistic” view on marriage. Nora and I would simply brush those suggestions off our shoulders and continue promising each other that we would be the exception to the rule. We promised each other that we would always be in love. Then and now The most anticipated day in my life finally arrived. There I was, standing in the front of the church, accompanied by my parents, anxiously and joyfully waiting for my bride. I felt like the luckiest guy in the world! Later that day we promised each other that we would always feel the same way for one another. We were convinced that nothing would ever change the way we felt for each other. But after a good solid start, things began to change significantly. Our first year was a rocky one. The “romantic” stage passed and everything seemed to indicate that the warnings were wise and true. Reality sank in when our childhood wounds and traumas resurfaced to remind us that we had many issues we had to deal with first if we ever wanted to experience abundant peace and joy in our marriage. Today, after ten years of marriage and five gorgeous children, we can confidently say that we aren’t just madly in love (eros); we have also discovered a deeper meaning of love (agape), which comes from God alone. In many instances, our culture equates love with something we feel. We discovered that love is not necessarily a feeling. This doesn’t mean that feelings are bad or that we shouldn’t acknowledge, recognize, and embrace them. It simply makes us aware of the fact that our emotional state is volatile and therefore it’s not a good idea to let our feelings dictate our decisions. More than a feeling Real marital love requires a radical decision to always seek the good of our spouse even when we don’t feel like it. I hear many couples say that they don’t really “feel” like saying “I love you” or “you look beautiful/handsome” to their spouse. I invite them and challenge them to do it anyway out of love and not based on their emotions. Faith and forgiveness are similar to love in the sense that they sometimes require us to deny ourselves and make a radical decision in order to be right with ourselves, our neighbors, and our Creator. But God knows us and our humanity and he will never expect something impossible from us. Our religion is not based on emotions or stimulation (thanks be to God!). Pope Emeritus Benedict XVI stated in his first encyclical, Deus caritas est, that “God does not demand of us a feeling which we ourselves are incapable of producing. He loves us, he makes us see and experience his love, and since he has ‘loved us first’, love can also blossom as a response within us.” He continues: “In the gradual unfolding of this encounter, it is clearly revealed that love is not merely a sentiment. Sentiments come and go. A sentiment can be a marvelous first spark, but it is not the fullness of love” (17). For many marriages, this is a hard pill to swallow. I’ve heard people say and ask: “How can I love this woman if I don’t feel anything anymore?” “The feelings I had for my husband aren’t there anymore.” “Our love is dead and it is time to move on from this relationship.” Many marriages end up separating and/or divorcing over things that do not merit such a drastic move. Some hope for an annulment. Others stay together to avoid hurting their children and/or to stay away from controversy. Those who end up staying together because they feel forced to do so, end up living miserable lives. The Sacrament of Holy Matrimony is not intended to be a source of immense and pointless suffering. On the contrary, the grace that we receive from Christ in this sacrament is intended to “perfect the couple's love and to strengthen their indissoluble unity” and to “help one another to attain holiness in their married life and in welcoming and educating their children” (Catechism of the Catholic Church, 1641). After all, “Christ dwells with them, gives them the strength to take up their crosses and so follow him, to rise again after they have fallen, to forgive one another, to bear one another's burdens, to be subject to one another out of reverence for Christ, and to love one another with supernatural, tender, and fruitful love. In the joys of their love and family life, he gives them here on earth a foretaste of the wedding feast of the Lamb” (CCC, 1642). To come to the awareness that love is “more than a feeling” is a task that every marriage (and every Christian) must undertake. So if love is not a feeling, what is it then? Echoing Sacred Scriptures and Tradition, Benedict XVI gives us the answer: “Love now becomes concern and care for the other. No longer is it self-seeking, a sinking in the intoxication of happiness; instead it seeks the good of the beloved: it becomes renunciation and it is ready, and even willing, for sacrifice” (Deus caritas est, 6). What helped us grow in our marriage? At one point in our marriage, we were uncertain of the future, now we are extremely optimistic about what lies ahead. But the truth is that many marriages don’t experience the same fate. So how did we overcome our problems and our differences? How were we able to quickly straighten the crooked path we were recklessly taking? By God’s grace, of course, and also by taking some practical steps that we strongly recommend to all couples, especially the younger ones: We don’t face our problems alone. Instead, we rely on the prayers and support of our spiritual family. God sent us wonderful spiritual directors who helped us through the most difficult times. It is unfortunate that many couples refuse to seek help out of embarrassment or pride. Some may not realize that there is help. Sometimes is not easy to find the right help or the right people. This should be a main concern and priority in every parish. Marriages need guidance and direction from their pastor and the support and prayers of the faith community. Never have we gone to sleep without first saying “I’m sorry” for the wrongs that we did. During our first year, there were a couple of nights when we stayed up late waiting for the other to apologize first. It was actually kind of silly. We would eventually ask each other for forgiveness and reconcile before going to bed. This was one of the first lessons we learned from Scripture: “Be angry but do not sin; do not let the sun go down on your anger, and give no opportunity to the devil” (Ephesians 4:26-27). Mercy, forgiveness, and reconciliation should be essential for each Christian's life. This becomes all the more important and urgent for those of us who are married. Some people need time to calm down and clear their minds. Others simply want to fix things immediately. It’s very crucial for spouses to understand and respect each other’s ways of dealing with problems, always remembering that the issue shouldn’t be taken to bed at night. It's also worth noting that we don't have to fight or even win every single battle. Sometimes it's okay to surrender and let the spouse win. Especially if the issue isn't that significant. Since the beginning, daily prayer became central to our relationship. Our daily prayer schedule includes the Rosary, the Liturgy of the Hours, and Daily Mass. Praying together has without a doubt improved our marriage and our relationship with Christ. Despite the fact that now we have five children and super busy schedules we continue to practice our daily prayers to the best of our abilities. Our children love the Rosary and the Sacrifice of the Mass. Having a family meal at least three times a week is also extremely important and sacred. This practice allows everyone in our family to share our lives and bond with each other. I have read about different studies where it shows that families who dine together have healthier relationships. Here is just one of many studies. Weekly or bi-weekly “romantic dates.” This is one of the most effective and powerful ways of bonding as spouses. Going out on dates is harder with children (trust me, we know the struggle!) but when there’s a will, there’s a way. It doesn’t have to be something complicated or expensive. Sometimes “simple” is better and more efficient. When we can’t find anybody to watch the kids, we put them to bed early and then we have our date in the living room or in our room. We get some red wine or margaritas (for those who drink alcohol), we light some rose or vanilla-scented candles, play romantic music, express our love and gratitude for each other by exchanging poetry or songs, we dance, etc. The point is to be creative. Oh and a friendly reminder that both MAN and WOMAN enjoy the same and equal dignity of beloved children of God! This means that both have the same rights and responsibilities. Man is not above the woman. The wife is not the possession of her husband or a domestic slave. She enjoys the same authority as her husband. Both must go over the different commitments at home and with the children, if applicable, and come to an agreement. Man and woman are created with unique traits and gifts. They complement each other. Both must recognize their strengths and weaknesses and support each other. After all, they’re both on the same team! These are just some of the practices and rituals that have not only saved and improved our marriage but also strengthened and renewed it. Love will endure I know the real reason why we are still married and not merely surviving but actually thriving. It is thanks to the graces conferred by Christ through the Sacrament of Holy Matrimony: “For by this sacrament they are strengthened and, one might almost say, consecrated to the faithful fulfillment of their duties. Thus will they realize to the full their calling and bear witness as becomes them, to Christ before the world” (Humanae Vitae, 25). But it’s not enough to be sacramentally married: we must be predisposed to and cooperate with these graces. Therefore, living the Sacrament of Holy Matrimony is a daily adventure that requires a lot of agape love: sacrifice, self-denial, fidelity, compassion, and understanding. We are not a perfect marriage. We have our struggles and our disagreements. But we are both 100% committed to lovingly endure all these struggles and disagreements for the sake of our family, even if that means occasionally sacrificing and surrendering ourselves and becoming vulnerable to one another. Yes, true "love hurts," but in the end, it is worth it to fight for our marriage and for our family. “To love at all is to be vulnerable. Love anything, and your heart will certainly be wrung and possibly be broken. If you want to make sure of keeping it intact, you must give your heart to no one, not even to an animal. Wrap it carefully round with hobbies and little luxuries; avoid all entanglements; lock it up safe in the casket or coffin of your selfishness. But in that casket - safe, dark, motionless, airless – it will change. It will not be broken; it will become unbreakable, impenetrable, irredeemable. The alternative to tragedy, or at least to the risk of tragedy, is damnation. The only place outside Heaven where you can be perfectly safe from all the dangers and perturbations of love is Hell.” - C.S. Lewis, The Four Loves *** Spouses who are experiencing more complex situations such as infidelity, any form of domestic abuse, the death of a child, a terminal illness, etc., should immediately seek professional and pastoral help.

“It happened that seven brothers with their mother were arrested and tortured with whips and scourges by the king, to force them to eat pork in violation of God’s law. One of the brothers, speaking for the others, said: “What do you expect to achieve by questioning us? We are ready to die rather than transgress the laws of our ancestors.” -2 Maccabees 7:1-2 Here we have a family defying the orders of a cruel tyrant king for the sake of God’s law. This mother has taught her children to love God to the point of giving their lives for his cause if necessary. One by one, each brother chooses death over disobedience to God. How painful it was for the mother to witness the death of every single one of her seven children right before her own eyes. Yet, she was able to encourage them to die rather than to abandon God's commands. Why? Because her faith was strong. She was sure of what she believed. Her sons didn't even hesitate to give up their lives either. They were taught by word and example at home. They also loved their Lord too much to betray him despite the death threats they had received. All they had to do is eat pork. But as a Jewish family, this was against their religious beliefs. Are we willing to die for our faith? Are we ready to encourage our children to give up their lives for Christ if necessary? Today we need more mothers and fathers who are willing to inspire a courageous faith to their children. We need families; husbands, wives, parents, children, grandparents, uncles, aunts, and cousins, that are willing to live countercultural. The reality is that many parents are preoccupied with other things. Children and teens have so many games to attend, concerts to prepare for, scholarships to conquer, and leisure activities. Parents don’t have the time or energy to teach their children the faith. Some aren’t aware that they are the primary educators of their children’s faith. Many children today are being educated by TV, video games, social media, smartphones, tablets, etc. There are those parents who entrust the schools to teach their children about morality and sexuality. They don’t realize that their children are often being taught ideas that are contrary to the beauty and truth of human sexuality. Our children need to be taught first and foremost by our own example. Are we living the faith? Are we on fire for Christ? Are we living as intentional disciples? Do we have a personal relationship with Jesus? Do we forgive other’s trespasses, and do we ask for forgiveness when we ourselves hurt others? Are we standing up for the poor and the forgotten? Are we speaking up against all forms of racism, discrimination, and injustice? Are we welcoming to the stranger, the immigrant, and the refugee? Are we praying for our political and church leaders? What they see is what our children will end up doing as well. Let us lead and educate by word and deed. The economy is definitely a factor that often prevents parents from teaching their children. Many low-income and middle-class parents work two jobs and hardly see their children. Finding solutions to this phenomenon isn’t easy. There are other factors, some are reasonable (i.e. an illness, physical or mental) while others aren't: consumerism, relativism, spiritual indifference, acedia, lack of discipline, addictions, etc. Meanwhile, these children are being formed and educated by other family members or friends who don’t always hold the same Christian values. I encourage these families to intentionally look for a time to talk about the faith and expectations of each member. Squeeze in an hour or two a week to facilitate these conversations. In the end, our children will one day grow up and it might be too late to teach them about and lead them to Christ. As parents, we will always be there for them. But in my years of ministry experience, it is less likely for teenagers and adults to listen to their parents when it comes to God and Church affairs. My prayer is that families today imitate the courage and fidelity to God that this mother and her sons had in today's reading. Are we willing to and ready to encourage our children to die for their faith if necessary? May we truly make teaching the faith to our children and forming them into missionary disciples a priority. After all, this is our main vocation as fathers and mothers. “She leaned over close to him and, in derision of the cruel tyrant, said in their native language: ‘Son, have pity on me, who carried you in my womb for nine months, nursed you for three years, brought you up, educated and supported you to your present age. I beg you, child, to look at the heavens and the earth and see all that is in them; then you will know that God did not make them out of existing things. In the same way humankind came into existence. Do not be afraid of this executioner, but be worthy of your brothers and accept death, so that in the time of mercy I may receive you again with your brothers’.” -2 Maccabees 7:27-29